Unas 15 mil personas, casi todas mujeres, marcharon por las calles de la ciudad de Neuquén para cerrar el paro internacional de mujeres del 8 de marzo. Contenidas en la Asamblea #NiUnaMenos, las organizaciones feministas La Revuelta, Mumala, Pan y Rosas, Empoderadas, la Mesa de la Diversidad, Las Rojas, Juntas y a la Izquierda, el Plenario de Trabajadoras, y también los gremios ATEN y Adunc y la Confederación Mapuche; se encargaron de todos los aspectos organizativos de la marcha y de las actividades culturales que se desplegaron a lo largo de toda la jornada en las inmediaciones del monumento a San Martín.

La movilización, de la que participó además una enorme cantidad de organizaciones, fue multicolor, aunque estuvo dominada por el tradicional violeta en remeras y banderas asociado desde hace décadas a la lucha contra la violencia de género, y el pañuelo verde, símbolo del aborto legal, seguro y gratuito.

Intervenciones

El colectivo de mujeres desplegó una serie de intervenciones frente a edificios públicos y religiosos. Frente a la Catedral de Neuquén, que fue protegida por una valla perimetral por parte de la policía, se colgaron fotografías de sacerdotes acusados por abuso, y un enorme cartel que reclamó el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.

Luego, frente a la sede del Tribunal Superior de Justicia, se colocaron las caras de las mujeres que murieron en el 2017.

Frente al Comando del ejército, sobre el portón de ingreso, quedo pegado un cartel que expresaba que “Resistimos el terrorismo de ayer y de hoy”. Finalmente, frente a la Casa de Gobierno, en la esquina de Belgrano y Rioja, se desplegó otro que jugaba con las siglas del partido provincial y que consignaba “Movimiento Patriarcal Neoliberal”

La movilización contó con un discretísimo despliegue policial, que se limitó a ordenar el tránsito de las más de 30 cuadras del largo destino de la caminata. En la cabeza de la marcha, un par oficiales de rango superior de la policía provincial anticipaba los cortes.

El hit del verano

Era obvio que sucediese, pero no por ello fue menos significativo. En varios pasajes de la extensa marcha, se escuchó el conocido “hit del verano”, la canción que nació en las canchas de fútbol y que se extendió fuera de ellas para insultar al presidente de la Nación, Mauricio Macri.

Uno de los más populares, entre los cánticos, sentenciaba que “se cuiden los machistas, América latina va a ser toda feminista”. No faltaron, tampoco, referencias al gobernador de la provincia y al intendente de la capital.

Las mujeres tuvieron una clara conducción, desplegada con comodidad por Ruth Zurbriggen, la histórica dirigente y fundadora del colectivo feminista La Revuelta, que este 8 de marzo cumplió 17 años de existencia y resistencia.

Zurbriggen evaluó que “la marcha mostró que Neuquén es parte de este proceso internacional que vivimos, de enorme movilización feminista”. Dijo a que se siente orgullosa de “la capacidad de organización que tenemos aun sin contar con esas estructuras ortodoxas, que parece que siempre son necesarias para organizar las cosas”. Aseguró que están “muy felices y más desafiadas que antes” y que pesa sobre la Asamblea #NiUnaMenos “una gran responsabilidad para seguir activando, con cada vez más herramientas para pensar cuáles son las salidas que necesitamos seguir construyendo para este mundo, que puede ser cruel, misógino y perverso”.

Madres del feminismo

En la esquina que da la espalda al monumento a la madre, que lució el pañuelo verde de la campaña a favor de la despenalización del aborto, las Madres de Plaza de Mayo dispusieron dos reposeras para sentarse a acompañar la marcha. No bien la columna llegó hasta ellas, tanto Lolín Rigoni como Inés de Ragni se pararon sobre el cordón de la vereda que da a la avenida Olascoaga y saludaron y fueron saludadas por miles de personas, que a su paso cantaban el abrazo histórico, pero que también aprovechaban para sacarse fotos, estamparle besos y presentarles hijos, hijas, nietos y nietas.

El curioso ritual, repleto de amor y respeto por su historia, fue uno de los hechos salientes de la marcha. Cuesta encontrar en la historia de Neuquén, además de la figura de Don Jaime de Nevares, tamaña muestra de afecto a personalidades de la historia provincial.

Todas las voces

Una de las dirigentes que acercó su reconocimiento a las Madres de Plaza de Mayo, fue la diputada provincial del FPV, Nanci Parrilli. 

La legisladora destacó a que “la marcha ha sido una muestra contundente de la lucha de las mujeres por la igualdad de derechos. Lo que más me impactó y me emocionó fue la gran cantidad de jóvenes que participaron, lo que marca que vamos por el buen camino, rumbo a la igualdad de género”.

Para Julieta Katkoff, referente de la agrupación Pan y Rosas, “las mujeres en el mundo paramos por nuestros derechos, en Neuquén fue una movilización histórica y una demostración de que estamos dispuestas a ir  por todo, por nuestros derechos y nuestras libertades”.

La dirigente señaló a que “el movimiento de mujeres cobra fuerza día a día. Tenemos el desafío de poner en pie un gran movimiento impulsado desde las organizaciones de mujeres, los lugares de trabajo y estudio, para unir la lucha por nuestros derechos a la lucha de las y los que se plantan contra el ajuste y los despidos del gobierno nacional de Macri y los gobernadores”.

La concejala del MPN, María Eugenia Ferrareso, participó de la marcha y afirmó a que se trató de una movilización “histórica, una de las marchas mas grandes, como pocas que he visto antes”.

La legisladora del partido provincial destacó que “el clima que se vivió fue de unidad y sororidad. Nos encontramos entre todas reconociendo nuestra lucha por la inclusión en todos los espacios, por visibilizar las desigualdades con las que permanentemente nos vamos encontrando; y trabajando por una agenda pública que incorpore el enfoque de género”.

Ferrareso opinó “esta concurrencia masiva demuestra que esta lucha de las mujeres es un organismo vivo.  Es importante reconocer que el machismo y el feminismo no son antónimos. El machismo marca la desigualdad y el feminismo lucha por la igualdad y el respeto en la diversidad”.

Discursos diversos y acotados

Ya en el escenario, luego de recorrer una treintena de cuadras, las mujeres mostraron una milimétrica organización de la participación de las distintas organizaciones. Casi todas las intervenciones fueron en extremo cortas y ágiles, para cerrar luego con un mini recital a cargo de la reconocida Noelia Pucci, que culminó su intervención interpretando la adaptación de una cumbia de Gilda, que popularizó Natalia Oreiro.

“No vamos a parar hasta hacer arder las calles bajo nuestros pies”, aseguró desde el escenario la representante de La Revuelta.

La vocera de Juntas a la Izquierda, sentenció que “no queremos el ajuste de Macri y los gobernadores, queremos igualdad laboral y acceso a los cargos, basta de femicidios, ley de emergencia de violencia de género con presupuesto real”.

Desde Empoderadas, Azul Dragone, denunció que “con presas políticas no hay democracia”, pidió por la  “libertad a Milagros Sala” y al resto de las presas en Jujuy y exigió “basta de persecución a Cristina y a las madres de plaza de mayo, no hay ni una menos si hay represión para robarnos nuestros territorios”.

El colectivo Mujeres por la igualdad dijo que “paramos para defender nuestras diferencias sexuales y de género. Repudiamos la intervención de las iglesias católica y evangélicas sobre nuestros cuerpos. Paramos por oportunidades laborales y educativas para la comunidad trans”.

La agrupación Las Rojas destacó que “somos miles en las calles en todo el país y no vamos a parar hasta decirle a Macri que queremos todos nuestros derechos. Vamos a dar una gran batalla hasta que termine este gobierno”.

La organización feminista Malajunta describió que las mujeres son “el plato de una fiesta a la que no estamos invitadas, y en la que sirven nuestros salarios. Porque la pobreza tiene nuestra cara. Porque la precarización laboral es la precarización de nuestras vidas”.

La confederación mapuche finalmente, destacó que “no concebimos la vida sin territorio, del cual recibimos medicina, alimentos y conocimientos que nos permiten proyectarnos. Este estado racista y patriarcal nos impide ejercer nuestros derechos colectivos”.