Un estudio realizado por el programa Facultad Abierta de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, basado en una encuesta realizada a finales del año pasado sobre un universo de 73 empresas recuperadas, el 80% registra bajas de producción frente al año previo y el 12% está directamente sin producción.

El análisis advierte el impacto sobre los textiles, cerámica, metalúrgicas, curtiembre, gráficas y cristalería. En un 42% de las recuperadas encuestadas hubo una reducción nominal de los ingresos de los trabajadores, el 32% no tuvo cambios y hubo subas en el 15% de los casos. De cualquiera de las formas, los trabajadores de recuperadas perdieron poder adquisitivo. 

En cuanto al empleo, “de los casi 16.000 trabajadores a principios de 2016 hay una disminución neta de 500 puestos de trabajo, a pesar de existir nuevas recuperadas. De hecho, hay 1.400 empleos menos comparando solo las existentes hasta 2015. Desde la asunción del macrismo se recuperaron 24 empresas”.

El documento de Facultad Abierta advierte sobre las situaciones de desalojo y represión policial que se verificaron a lo largo de los últimos dos años. Menciona los casos de represión en Pepsico, Artes Gráficas Rioplatense, MAM (Neuquén), el despliegue policial en la textil Globito.

“Las cooperativas tienen impacto directo de la política económica del Gobierno ante la caída del consumo y la apertura de importaciones (que configura un panorama muy parecido a los ‘90) y el abaratamiento del tipo de cambio que encarece la producción nacional. Esto se conjuga con los brutales tarifazos que multiplican los costos de la producción y vuelven casi imposible enfrentar las nuevas condiciones macroeconómicas”, es el diagnóstico del antropólogo Andrés Ruggeri, director del programa Facultad Abierta.

En diálogo con , el referente de la cerámica Zanon y actual diputado provincial por el Frente de Izquierda, Raúl Godoy, sostuvo que la fábrica está en una situación difícil y que “viene remando contra la corriente hace muchos años”.

El legislador denunció que han sufrido “la ausencia de créditos para reinvertir en la fábrica y de apoyo del Estado, al menos en los mismos términos en que apoyan a los amigos de los gobiernos, más a esta fábrica que fue abandonada por la patronal y que cuando los empresarios se fueron dejaron máquinas con más de 15 años de antigüedad, teniendo en cuenta que tiene que haber una renovación cada cinco años. Es como querer mantener un taxi con un Fiat 600”.

“La situación actual es complicada porque no se pudo actualizar la tecnología, se sufren las consecuencias de los tarifazos y las cooperativas somos economías muy débiles porque el capitalismo es despiadado” indicó, al tiempo que reveló que “a nosotros nos piden requisitos para el acceso al crédito, que no piden a los grandes empresarios, solo por ser cooperativas y aún, cuando no está en juego dinero sino maquinarias. Nadie nos presta dinero, pero tampoco nos permiten acceder a las máquinas, ni siquiera poniendo los terrenos de la fábrica como garantía”.

Especificó que “acá ningún empresario apuesta nada, nadie arriesga su dinero, todos piden plata con el aval del Estado, el mismo aval que a nosotros nos niegan”.

Godoy reconoció que se han “perdido compañeros, que se han ido llorando, compañeros y compañeras que recuperaron la fábrica y que decidieron irse porque ya no podían mantener a sus familias”.

Al mismo tiempo, se mostró “confiado en los compañeros y compañeras que sostienen todos los días el trabajo en la fábrica, no somos una fábrica copada y bien administrada dentro de un mundo salvaje y capitalista; somos una fábrica solidaria que mantiene su proyecto en un profundo contacto con la comunidad y se sostiene con una inquebrantable voluntad de lucha. Eso nos mantiene en pie y es nuestro principal argumento, la razón que nos explica”.

Informe: Carlos Marcel