El rector de la Universidad Nacional del Comahue, Gustavo Crisafulli, explicó que aún no recibieron información por parte del municipio para evaluar concretamente los impactos ambientales que traería la apertura de la calle Libres Pensadores y confirmó que le van a informar a la comunidad educativa los posibles inconvenientes que esto puede aparejar para el campus universitario.

“Le habíamos pedido al municipio mayor información de argumentos técnicos que apoyaran su pedido de convertirla en una calle pública, no la hemos recibido; les solicitamos los estudios de impacto ambiental de las nuevas construcciones que se harían en la intersección de Buenos Aires y Leloir, y tampoco las recibimos” definió en diálogo con .

Sobre la intimación del municipio de Neuquén para que la universidad presente los planos de cada uno de los 22 edificios que se encuentran en las 120 hectáreas del predio, aduciendo que pueden ser “clandestinas” y que se ponen en peligro la seguridad de los 15 mil alumnos, Crisafulli aseguró que “te manden una carta documento en medio de una negociación no parece un gesto amigable”.

“Eso es básicamente un elemento adicional de presión pública que forma parte de la estrategia del municipio en ésta negociación”, consideró el rector, y explicó que “eso era un convenio que se había firmado en el año 2012, por el cual la universidad tiene la voluntad de regularizar la situación de los edificios respecto de las normas municipales, a pesar de que es de jurisdicción federal y las condiciones de accesibilidad y de seguridad de nuestros edificios cumplen con las normas que el Estado nacional nos impone cuando hacemos las obras”.

El intendente Horacio Quiroga había declarado que las tierras de la universidad eran municipales y cuando se nacionalizó se transfirieron para fines académicos; y ahora “les molesta que le abramos una calle”.

“Me preocupan un poco las declaraciones del intendente en el sentido de que el municipio a través de sus equipos deberían darnos argumentos con una base técnica para decir por qué necesitan que se convierta en una calle pública, hasta ahora sólo manifestaron la necesidad y voluntad de hacerlo, pero nadie nos ha presentado un estudio; ni siquiera del impacto ambiental del conjunto de lo que se está construyendo en la zona”.

Crisafulli confirmó que en el día de hoy se va a realizar una reunión informativa con toda la comunidad universitaria y los vecinos del barrio para exponer cuál es la situación y cuáles son los inconvenientes que los equipos técnicos están viendo.

El rector indicó que técnicos de la facultad de Ambiente y Salud, de Ingeniería y del departamento de Geografía, realizaron informes sobre el posible impacto y destacó que “un problema son los peatones y otro es la contaminación auditiva ya que en esa zona funcionan aulas, bibliotecas y laboratorios de calibración diseñados para tolerar cierto nivel de vibraciones”. Aunque consideró que no pueden evaluarlo en profundidad porque “no sabemos la idea que tiene el municipio con respecto a esto”.